Seguro contra todo riesgo con y sin franquicia ¿Qué cubre?

A la hora de elegir un seguro, es normal que el panorama pueda resultar confuso.

Si tenés la posibilidad, lo más recomendable es contratar un seguro contra todo riesgo, especialmente si tenés un auto o camioneta relativamente nueva.

Es importante mencionar que algunas aseguradoras requieren que el vehículo tenga menos de 10 años de antigüedad para poder contratar una cobertura contra todo riesgo.

¿Qué significa con franquicia y sin franquicia?

Un seguro contra todo riesgo, con franquicia y sin franquicia, es fácil de entender.

Seguro con franquicia

Imaginate que tenés un seguro con franquicia. Eso quiere decir que, en caso de que tengas un accidente o sufras un daño que esté cubierto por el seguro, vos tenés que pagar una parte del arreglo antes de que la compañía de seguros se haga cargo del resto.

A esa parte que tenés que pagar antes le decimos 'franquicia'.

Por ejemplo, si tenés una franquicia de $5.000 y el arreglo del accidente es de $20.000, vos pagás primero los $5.000 y la aseguradora se hace cargo de los $15.000 restantes.

Seguro sin franquicia

Si tenés un seguro sin franquicia, significa que no tenés que poner plata de tu bolsillo en caso de tener un siniestro cubierto. Si pasa algo, la compañía de seguros se hace cargo de pagar todo el arreglo o indemnización, y vos no tenés que pagar ningún extra aparte de la prima que ya pagaste.

En definitiva, el seguro todo riesgo sin franquicia es el mejor de todos, pero el más costoso también.

Tenés que pensar qué te conviene más según tus necesidades y cuánto estás dispuesto a pagar.

Si querés pagar menos en la prima y estás dispuesto a asumir un poquito del riesgo, el seguro con franquicia puede ser una buena opción.

Pero si preferís tener más seguridad y no preocuparte por poner plata extra en caso de siniestro, entonces un seguro sin franquicia es lo que necesitás.

¿Qué cubre un seguro contra todo riesgo?

Ya sea con o sin franquicia, un seguro contra todo riesgo brinda una cobertura completa:

  • Daños propios: Si tu auto sufre daños en un choque donde vos sos el responsable, el seguro contra todo riesgo cubre los gastos de reparación o, si es pérdida total, el valor actual del vehículo.
  • Daños a terceros: Además de proteger tus daños, este seguro también incluye la responsabilidad civil obligatoria (SOA), que te cubre en caso de causar daños a otras personas en un accidente.
  • Robo y hurto: Si te roban el auto o intentan robártelo, el seguro contra todo riesgo te da cobertura para recuperar su valor o reemplazarlo.
  • Daños por vandalismo o actos maliciosos: Si alguien daña maliciosamente tu auto, como romper vidrios o rayar la pintura, el seguro contra todo riesgo paga los arreglos.
  • Accidentes sin terceros involucrados: Incluso si tenés un accidente sin otros autos implicados (por ejemplo, chocar contra una pared), el seguro contra todo riesgo sigue cubriendo los gastos de reparación.
  • Eventos naturales: Este seguro también suele cubrir daños causados por fenómenos naturales, como granizo, inundaciones, caída de árboles, entre otros.

Un seguro contra todo riesgo te brinda protección incluso en situaciones en las que no hay terceras personas involucradas en el accidente.

Si llegara a ocurrir algún siniestro con tu vehículo sin la presencia de otros conductores o incluso en caso de una huida, el seguro seguirá cubriendo los costos necesarios para repararlo.

Un seguro contra todo riesgo te cubrirá los costos sin ningún problema.

¿Conviene contratar un seguro contra todo riesgo?

¡Sin dudas, el seguro contra todo riesgo es la mejor elección que podés hacer para cuidar tu vehículo y quedarte tranquilo en todo momento!

Con esta opción, vas a estar cubierto no solo en caso de accidentes donde vos seas responsable, sino también ante daños propios, robos y cualquier otra situación imprevista que pueda afectar a tu querido auto.

Deja un comentario