Fiat 600: la historia del icónico Fitito

En los años 40, los fabricantes de automóviles se enfocaban en la producción de modelos de gran tamaño y, por lo tanto, muy costosos. Sin embargo, con el debilitamiento de las economías, se hacía necesario crear vehículos más accesibles para el público en general.

Es en este contexto que Volkswagen llegó al rescate con su icónico Escarabajo, diseñado por el ingeniero Ferdinand Porsche a pedido del Tercer Reich, con el objetivo de convertirse en el "auto del pueblo". Este modelo económico y popular se convirtió en un éxito rotundo.

Siguiendo la misma línea, Fiat lanzó el Topolino, otro coche económico que se mantuvo en producción hasta la década del 50. Sin embargo, consciente de la necesidad de una renovación total, la compañía italiana inició el "Proyecto 100".

El jefe de diseñadores de Fiat, Oreste Lardone, desarrolló un coche con motor refrigerado por aire, que en su primer prueba se incendió con el mayor de los hermanos Agnelli al volante. Después de este desafortunado incidente, Lardone renunció y archivó su proyecto.

Fue entonces cuando Dante Giacosa tomó las riendas del proyecto y convenció a los Agnelli de apostar por un diseño con motor trasero refrigerado por agua, una solución innovadora para la época que perduró durante varias décadas.

A pesar del miedo al fracaso por haber invertido millones de liras en el proyecto, el resultado fue un éxito rotundo y un alivio para la línea de producción de Fiat. Giacosa se convirtió en un diseñador integral, abarcando desde la maqueta de plastilina hasta la configuración del motor, y su carrera duró casi medio siglo.

El Fiat 600: el auto que cambió las costumbres

El 10 de marzo de 1955, en el Salón del Automóvil de Ginebra, se presentó al mundo el primer Fiat 600. A pesar de las dudas iniciales de la prensa y el público, este modelo demostró que un auto pequeño podía transportar a cuatro personas y sus pertenencias. Con su carrocería autoportante, suspensiones independientes y el innovador concepto "todo atrás", que permitía un mejor aprovechamiento del espacio, el Fiat 600 se convirtió en un éxito de ventas.

El Fiat 600, un auto que marcó una generación

Este modelo no solo destacó por su eficiencia y comodidad, sino que también cambió las costumbres de la época. Fue el primer auto aceptado por las mujeres y los jóvenes lo utilizaron para hacer sus primeras armas al volante. La producción en serie comenzó en febrero de 1955 en la planta de Mirafiori con la meta de llegar a las 600 unidades diarias, objetivo que se cumplió rápidamente y a los pocos meses se producían más de mil unidades diarias.

La presencia del Fiat 600 en el mundo

El Fiat 600 tuvo una vigencia en Italia desde 1955 hasta 1969, con un total de 2.591.000 unidades producidas. En España, bajo la marca Seat, estuvo presente desde 1957 hasta 1973. En Alemania, se comercializó como NSU/Fiat-Neckar desde 1956 hasta 1967. Por último, en Yugoslavia, se fabricó como Zastava desde 1959 hasta 1986.

El Fiat 600 dejó una huella imborrable en la historia del automóvil y es recordado como un modelo innovador y revolucionario en su época.

La evolución del Fiat 600: un icono de la industria automotriz argentina

El Fiat 600 es uno de los autos más emblemáticos de la historia argentina. Desde su primera producción en 1960, este pequeño vehículo se ganó el corazón de los argentinos y se convirtió en un símbolo de la industria automotriz del país. En este artículo te contaremos sobre su evolución a lo largo de los años.

La primera unidad producida en la planta de El Palomar (hoy en manos del grupo PSA) salió el 8 de abril de 1960. Era de color gris claro con motor de 633 cm3 y 28 CV. A poco de su lanzamiento, el auto recibió dos apodos que lo acompañarían para siempre: "Bolita" o "Fitito".

A lo largo de los años, el Fiat 600 sufrió algunas modificaciones externas, pero la más importante fue la de 1965, cuando se cambió la apertura de las puertas "a contraviento" por las que pivotaban en el parante delantero. También se introdujeron retoques en la pseudo-parrilla, ópticas delanteras más grandes, baguetas laterales, llantas y tasas, paragolpes, y en el interior se rediseñaron la plancha y el instrumental.

Pero los cambios más significativos se dieron en la cilindrada y la potencia del motor.

  • A partir de 1962 y hasta 1966, el motor elevó su cilindrada a 767 cm3 con una potencia de 32 CV, y se lo denominó 600D.
  • En 1967, se cambió esa denominación por 600E conservando la potencia del D.
  • En 1977, lo sucedió el 600R con motor de 797 cm3 y 38 CV.
  • Por último, el 600S tenía un cubicaje de 843 cm3, pero su potencia retrocedió a los 32 CV del D al reducir la compresión, permitiendo que se utilizara nafta común de menor octanaje.

A pesar de los cambios, el éxito del Fiat 600 fue continuo. En 1976 logró el récord de producción nacional, con 250.000 unidades para un solo modelo desde su presentación en 1960. Cuando se dejó de fabricar en 1982, el total estaba cercano a los 300.000.

En resumen, el Fiat 600 es un ícono de la industria automotriz argentina y su evolución a lo largo de los años refleja los cambios y avances de la época. Además, su popularidad demuestra que se ganó un lugar en el corazón de los argentinos como un auto confiable y de gran calidad.

Se destaca por su agilidad y practicidad

El Fiat 600, un clásico de la industria automotriz, nació hace 50 años y todavía es recordado por muchos. Este vehículo italiano se destacaba por su excelente comportamiento en el tráfico urbano gracias a su agilidad y maniobrabilidad. Además, su motor elástico permitía conectar la 4ta (directa) a menos de 50 km/h.

Aunque el Fiat 600 era un auto pequeño, su posición de manejo era cómoda para personas de cualquier altura, con buena visibilidad hacia adelante y los costados. Sin embargo, la visibilidad hacia atrás se veía limitada debido a la reducida luneta trasera.

Para viajes largos, la habitabilidad del Fiat 600 se limitaba a dos personas, ya que el asiento trasero debía ser utilizado para ubicar las valijas debido a la escasa capacidad del baúl delantero. Además, el tanque de nafta también se alojaba en el baúl delantero.

El Fiat 600 tenía una velocidad máxima de alrededor de 100 km/h, aunque se podía alcanzar los 120 km/h en ciertas condiciones. Sin embargo, debido a su diseño, llevarlo a esa velocidad requería un manejo constante en las rectas para corregir los inevitables desvíos direccionales.

A pesar de sus limitaciones, los propietarios del Fiat 600 se jactaban de haber llegado a destinos lejanos sin inconvenientes. Si el motor tomaba más temperatura de lo aconsejable, era culpa del dueño por no haber cumplido con las normas de mantenimiento del circuito refrigerante. Aunque es cierto que algunas versiones del Fiat 600 no se sentían felices cuando el termómetro superaba los 30 grados.

El Fiat 600 es recordado por muchos como un auto para aprender a manejar. Muchos propietarios lo utilizaron para enseñar a sus hijos a conducir y luego lo personalizaban con tazas, bajarle la suspensión y ponerle un escape menos silencioso. En el interior se agregaban relojes de presión de aceite, de temperatura, amperímetro, y los más osados conectaban un cuentavueltas a la columna de dirección, que alojaba un volante más deportivo, generalmente con aro de madera.

Podemos decir que el Fiat 600 fue un engranaje importante en el desarrollo de la industria automotriz en Argentina. A pesar de sus limitaciones, sigue siendo recordado por su excelente comportamiento en el tráfico urbano y su motor elástico. Es por eso que consideramos que el Fiat 600 merece un homenaje, reuniendo distintos modelos que representan su trayectoria en Argentina.

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